Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA DE LOS REINOS DE CHILE



Comentario

Capítulo LXXXIV


Que trata de cómo allegó Esteban de Sosa al valle de Copiapó e de allí a la villa de la Serena y de allí a la ciudad de Santiago e de cómo se rebelaron los indios de Copiapó y de la comarca de la Serena

Partido Esteban de Sosa de la ciudad del Cuzco, como tengo dicho, e llegado al valle de Copiapó, y viéndose con bastimento para pasar el despoblado, pasó al valle de Copiapó, donde topó al capitán Joan Bohón, que andaba con cierta gente recogiendo bastimento para la gente que viniese por tierra, porque tenía noticia por los indios que venía el gobernador. Y llegado el Esteban de Sosa, le dejó veinte hombres, e con los demás pasó a la villa de la Serena, y dejando allí ciertos soldados se fue a la ciudad de Santiago.

Pues viendo los indios de Copiapó la venida de tantos cristianos, acordaron de rebelarse, e para esto enviaron sus mensajeros al valle del Guasco e al valle de la Serena y valle de Limarí, avisándoles que ellos tenían noticia de cómo venían muchos cristianos, y más los que habían pasado, como ellos los habían visto, y que mirasen el trabajo que tendrían con ellos, y que se apercibiesen de allí a seis días, y que diesen en los cristianos e los matasen a todos e quemasen la ciudad, y que para aquella noche que ellos les señalaban, matarían ellos los que estaban en el valle y todos los demás que por allí pasasen.

Dado este aviso, y todos a una voluntad y venida la noche señalada, dieron los del valle de Copiapó en los cristianos, y como estaban descuidados no tuvieron lugar de armarse ni pelear con los indios, y ansí fueron muertos todos. E lo mismo hicieron los que dieron en la villa de la Serena, que no escapó sino uno, cristiano que se decía Diego Colondres. E quemaron la villa.

Sabido por el general Francisco de Villagran la llevada de la villa de la Serena y muerte de los cristianos, temiendo que los indios de Copiapó harían otro tanto, e que los cristianos que venían por el despoblado corrfan riesgo, salió con sesenta de a caballo al castigo. Y Francisco de Aguirre salió a los pormocaes con veinte de a caballo.

Llegado Francisco de Villagran al valle de Coquimbo, vio los españoles muertos y empalados, y supo cómo los indios estaban recogidos en el valle del Guasco y cómo tenían un fuerte. Luego se partió, y llegado al Guasco se fue al fuerte, el cual estaba encima de una sierra. Visto por los indios los cristianos escomenzaron a dar muy gran grita. Mandó Francisco de Villagran se apeasen veinte soldados y subiesen por una ladera. Él subió por un rodeo a caballo hasta lo llano de la loma, y dieron en el fuerte de manera que desbarataron los indios e mataron muchos de ellos e los demás huyeron por las sierras. Hirieron los indios a los peones, los seis de ellos fueron malheridos.

Aquí se señaló un soldado que se decía Gaspar Orense, el cual se adelantó de los de a pie. E llegado al fuerte, embrazada su adarga y su espada, y visto por los indios, salieron dos indios a él para lo tomar a manos, el cual se abrazó con ellos e se echó por la ladera abajo. Fueron presos estos dos indios.

Habida esta victoria se bajó Francisco de Villagran el valle abajo hacia la mar. Envió un caudillo con diez españoles fuesen al valle de Coquimbo, e llegados andando por los paredones vieron lo que estaba escrito en la pared e cavaron abajo y sacaron la carta, y supieron cómo el gobernador era pasado adelante. Con esto volvieron al general Francisco de Villagran, y sabido por él, despachó a Gaspar Orense con cinco soldados fuese por la costa adelante hasta topar al gobernador. Salido Gaspar Orense vino hasta el puerto de Tintero, donde halló al gobernador, e le dieron el aviso de lo que pasaba, de cómo los indios habían muerto los de Copiapó e villa de la Serena.